Cancún, 30 de enero del 2025.
Lo que debía ser un viaje inolvidable se convirtió en una pesadilla para la familia Mosqueda, quienes acusan al personal de los hoteles Riu Caribe y Riu Palace Península, así como a elementos de la Policía Turística de Benito Juárez, Cancún, de agresiones físicas, robo, amenazas y privación ilegal de la libertad.
Según Noemí Mosqueda, en entrevista exclusiva, la pesadilla comenzó el sábado 25 de enero, cuando al llegar al hotel Riu Caribe les ofrecieron trasladarse sin costo adicional al Riu Palace Península. Más tarde, decidieron asistir al evento “Neón Party” en el Riu Caribe, accediendo por una entrada trasera. Sin embargo, lo que prometía ser una noche de diversión terminó en tragedia.
A las 9:30 pm, un guardia de seguridad ordenó al hermano de Mosqueda salir de la alberca. Aunque acató la indicación, fue violentamente jalado y golpeado por el personal del hotel. Al intentar defenderlo, su padre también fue brutalmente agredido. Noemí, al intervenir, asegura que recibió golpes, amenazas de muerte y el robo de pertenencias valuadas en más de 200,000 pesos.
La violencia continuó en el estacionamiento del hotel, donde el personal, junto con el gerente, los atacó nuevamente. La madre, quien grababa los hechos, fue despojada de su celular y sus videos fueron eliminados.
Minutos después, llegaron elementos de la Policía Turística, pero en lugar de detener la agresión, se sumaron a los golpes y amenazas. La familia fue trasladada a los separos bajo amenazas de desaparición forzada y tortura.
Durante 36 horas, permanecieron detenidos sin notificación de cargos, llamadas ni acceso a agua o alimentos. Además, les exigieron 30,000 pesos para liberarlos, bajo el pretexto de un “chesco” para los policías involucrados.
Al salir, acudieron a la Cruz Roja, donde se confirmó la gravedad de sus lesiones: fracturas, hematomas severos y daños físicos graves, incluyendo la ruptura de nariz del padre y el hermano, así como un daño ocular en el padre.
Intentaron presentar una denuncia, pero enfrentaron obstáculos en el Ministerio Público, donde inicialmente se negaron a tomar su declaración y solo aceptaron una denuncia parcial.
La cadena hotelera Riu emitió un comunicado responsabilizando a la familia de haber iniciado la riña, versión que Noemí desmintió entre lágrimas, exigiendo justicia. Por su parte, la Secretaría de Seguridad Pública intentó minimizar el caso y desviar la atención pública.
La familia, originaria de Guadalajara, teme por su seguridad y ha recibido nuevas amenazas. Su único deseo es abandonar Cancún cuanto antes y no volver jamás.
Este caso es un reflejo de la creciente crisis en el turismo de Cancún, donde la corrupción, el abuso de autoridad y la falta de servicio en cadenas hoteleras de renombre están alejando a los visitantes, afectando gravemente la reputación del destino.
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