Viernes, 10 de enero del 2025.
El presidente electo de Estados Unidos fue sentenciado por el juez Juan Merchan, lo que confirma su estatus de delincuente convicto, aunque sin importar sin imponer cárcel ni sanciones
WASHINGTON.- Diez días antes de volver a asumir la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump fue declarado oficialmente “criminal convicto” por un juez en Nueva York, aunque sin recibir ninguna pena, una sentencia simbólica, aunque histórica, a la que Trump, que presenció la declaración desde Mar-a-Lago, su residencia en Palm Beach, fustigó como una “farsa despreciable”.
“El verdadero jurado, el pueblo estadounidense, ha hablado al reelegirme con un MANDATO abrumador en una de las elecciones más importantes de la historia”, escribió luego Trump, luego de su sentencia, en su red social, Truth Social. “Como ha visto el pueblo estadounidense, este ‘caso’ no tenía delito, ni daños, ni pruebas, ni hechos, ni ley, solo un juez sumamente conflictivo, un testigo estrella que es un perjuro serial, inhabilitado para ejercer el derecho y deshonrado, y un criminal que interfiere en las elecciones”, dijo, en referencia a Michael Cohen, antaño su mano derecha que se convirtió en el principal testigo del caso.
Trump asistió esta mañana a su audiencia de sentencia en el caso por el pago a la estrella porno Stormy Daniels, a través de videoconferencia, sentado junto a su abogado, Todd Blanche. En la sala del tribunal en Nueva York estuvo presente el fiscal de Distrito de Manhattan, Alvin Bragg. Tal como se esperaba, el juez, Juan Merchan, dictó como sentencia el “descargo incondicional”, lo que significa que Trump no enfrentará castigos adicionales, como prisión, multas, o tampoco quedará sometido a libertad condicional.
Aunque es inusual en casos de delitos graves en Nueva York –Trump fue hallado culpable por un juerado en 34 delitos de fraude–, el propio juez reconoció “nunca antes se había presentado a este tribunal un conjunto de circunstancias tan singular y notable”. Por primera vez en la historia de Estados Unidos, un criminal convicto, Trump, fue elegido por el pueblo norteamericano para ocupar la presidencia del país, una anomalía que puso a Merchan ante la búsqueda de un equilibrio imposible: respetar la decisión del jurado y el Estado de Derecho sin interferir con la voluntad del pueblo, y el deber constitucional que asumirá Trump al volver a jurar como mandatario.
“Este ha sido un caso verdaderamente extraordinario”, dijo el juez.
La solución fue una condena que deja a Trump oficialmente registrado como un “delincuente convicto”, aunque sin castigo alguno por los delitos por los que fue hallado culpable, crimenes que Trump y sus abogados siempre rechazaron.
Durante la audiencia, Trump denunció el juicio como una “tremenda injusticia” y acusó al sistema judicial de estar sesgado en su contra, y a los demócratas de haber desplegado una “caza de brujas” para impedirle el retorno al poder. El juicio se hizo “para dañar mi reputación para que perdiera las elecciones y obviamente eso no funcionó”, dijo Trump por videoconferencia desde Florida, antes de subrayar que toda la causa judicial era “una vergüenza para el sistema” y que había sido tratado “muy injustamente”.
“El hecho es que soy totalmente inocente. No hice nada malo”, dijo Trump.
Trump y sus abogados hicieron todo lo posible para evitar la etiqueta de “delincuente convicto”, al punto que llevaron el tema hasta la Corte Suprema, de mayoría conservadora, que el jueves por la noche le dio un último revés después de que cinco de los nueve magistrados rechazaron su recurso de urgencia para impedir el anuncio de la sentencia.
En una decisión histórica, un jurado en un tribunal de Nueva York declaró culpable a Trump de conspirar para ocultar un pago a Stephanie Clifford, la actriz porno conocida por su nombre artístico, Stormy Daniels, comprar su silencio y esconder un romance para evitar un golpe político en la recta final a las elecciones presidenciales de 2016 que lo llevaron a la Casa Blanca.
Trump fue acusado por la Fiscalía de Manhattan con 34 cargos por “falsificación de registros corporativos en primer grado”. La causa se originó por un supuesto romance en 2006 entre Clifford y Trump, que estuvo cerca de salir a la luz en un artículo en 2016 en plena campaña presidencial.
Trump siempre negó cualquier encuentro sexual con Daniels, pero igual arregló un pago de 130.000 dólares que realizó su exabogado y mano derecha, Cohen, 12 días antes de la elección. Después de ganar las elecciones, Trump le devolvió el dinero a Cohen.
Ciudadano privado
Pese a la condena simbólica, los abogados de Trump han tratado por todos los medios legales de que el futuro 47º presidente de Estados Unidos no sea sentenciado y el caso sea sobreseído invocando el fallo de la Corte Suprema, que en julio pasado decretó la inmunidad presidencial por actos oficiales.
Pero El fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, recordó en un escrito dirigido a los magistrados de dicha corte, divulgado el jueves, que cuando Trump fue “acusado, juzgado y condenado por una conducta que él admite que es totalmente no oficial” era un ciudadano privado.
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